La gestión de activos es el proceso de desarrollar, operar, mantener activos de una manera rentable. El término se usa en referencia a personas o empresas que administran activos en nombre de personas u otras entidades..
Toda organización necesita realizar el seguimiento de sus activos utilizando tecnologías de posicionamiento como GPS o otros. De esa manera, las partes interesadas relevantes sabrán qué activos están disponibles y qué pueden usarse para proporcionar rendimientos óptimos.
Los activos que posee cualquier empresa se dividen en dos categorías principales: activos fijos y corrientes. Los activos fijos o no corrientes se refieren a los activos adquiridos para un uso a largo plazo, mientras que los activos corrientes son aquellos que se pueden convertir en efectivo en un corto período de tiempo.
La importancia de la gestión de activos
Hay varias razones por las que las empresas deberían preocuparse por la gestión de sus activos, los cuales incluyen:
- Permite a una empresa controlar todos sus activos. El proceso facilita a las organizaciones el seguimiento de sus activos, ya sean móviles o fijos. Los propietarios de las empresas sabrán dónde se encuentran los activos, cómo se están utilizando y si se han realizado cambios en ellos. En consecuencia, la recuperación de activos se puede realizar de manera más eficiente y, por lo tanto, se obtiene una mayor rentabilidad.
- Ayuda a garantizar la precisión de las tasas de amortización. Dado que los activos se controlan de forma regular, el proceso de gestión de activos asegura que los estados financieros asociados con ellos se mantengan actualizados. .
- Ayuda a identificar y gestionar los riesgos. La gestión de activos abarca la identificación y gestión de los riesgos que surgen de la utilización y propiedad de determinados activos. Esto significa que una empresa siempre estará preparada para contrarrestar cualquier riesgo que se le presente.
- Elimina los activos fantasmas del inventario de la empresa. Existen casos en los que los activos perdidos, dañados o robados todavía se registran en los libros. Con un plan estratégico de gestión de activos, los propietarios de la empresa estarán al tanto de los activos que se han perdido y, por lo tanto, no seguirán registrándolos en los libros.